sábado, 15 de abril de 2006

Dinámica breve sobre la Familia

UNA SENCILLA ACTIVIDAD PROPUESTA PARA EL TEMA “LA FAMILIA

Para conocer mejor mi compromiso:
Leer Capítulo I 2da. Parte “Dignidad del Matrimonio y la familia” de la Constitución GS.
Describir brevemente las amenazas que afectan al matrimonio y la familia y mencionar aquella que es a su juicio, la que nos podría afectar más.
Proponer alguna solución desde su propia realidad.

Para hacer realidad mi compromiso:
Comprometerse en ayudar de alguna manera a una familia necesitada del propio entorno cotidiano.

Oración para recordar: Señor, ayúdanos a hacer de nuestra propia familia, una Iglesia doméstica.

Completar conocimientos con:
Paginas 145 a 172 del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia.

Dinamicas sobre La Familia

Cursillo prematrimonial sobre la fecundidad del Matrimonio, con ideas fundadas en Gaudium et Spes Nª 50.


El matrimonio y el amor conyugal están ordenados por su propia naturaleza a la procreación y educación de la prole. Los hijos son, sin duda, el don más excelente del matrimonio y contribuyen sobremanera al bien de los propios padres. El mismo Dios, que dijo: "No es bueno que el hombre esté solo" (Gen 2,18), y que "desde el principio ... hizo al hombre varón y mujer" (Mt 19,4), queriendo comunicarle una participación especial en su propia obra creadora, bendijo al varón y a la mujer diciendo: "Creced y multiplicaos" (Gen 1,28). De aquí que el cultivo auténtico del amor conyugal y toda la estructura de la vida familiar que de él deriva, sin dejar de lado los demás fines del matrimonio, tienden a capacitar a los esposos para cooperar con fortaleza de espíritu con el amor del Creador y del Salvador, quien por medio de ellos aumenta y enriquece diariamente a su propia familia. En el deber de transmitir la vida humana y de educarla, o cual hay que considerar como su propia misión, los cónyuges saben que son cooperadores del amor de Dios Creador y como sus intérpretes. Por eso, con responsabilidad humana y cristiana cumplirán su misión y con dócil reverencia hacia Dios se esforzarán ambos, de común acuerdo y común esfuerzo, por formarse un juicio recto, atendiendo tanto a su propio bien personal como al bien de los hijos, ya nacidos o todavía por venir, discerniendo las circunstancias de los tiempos y del estado de vida tanto materiales como espirituales, y, finalmente, teniendo en cuanta el bien de la comunidad familiar, de la sociedad temporal y de la propia Iglesia. Este juicio, en último término, deben formarlo ante Dios los esposos personalmente. En su modo de obrar, los esposos cristianos sean conscientes de que no pueden proceder a su antojo, sino que siempre deben regirse por la conciencia, lo cual ha de ajustarse a la ley divina misma, dóciles al Magisterio de la Iglesia, que interpreta auténticamente esta ley a la luz del Evangelio. Dicha ley divina muestra el pleno sentido del amor conyugal, lo protege e impulsa a la perfección genuinamente humana del mismo. Así, los esposos cristianos, confiados en la divina Providencia cultivando el espíritu de sacrificio, glorifican al Creador y tienden a la perfección en Cristo cuando con generosa, humana y cristiana responsabilidad cumplen su misión procreadora. Entre los cónyuges que cumplen de este modo la misión que Dios les ha confiado, son dignos de mención muy especial los que de común acuerdo, bien ponderado, aceptan con magnanimidad una prole más numerosa para educarla dignamente. Pero el matrimonio no ha sido instituido solamente para la procreación, sino que la propia naturaleza del vínculo indisoluble entre las personas y el bien de la prole requieren que también el amor mutuo de los esposos mismos se manifieste, progrese y vaya madurando ordenadamente. Por eso, aunque la descendencia, tan deseada muchas veces, falte, sigue en pie el matrimonio como intimidad y comunión total de la vida y conserva su valor e indisolubilidad.”

Gaudium et Spes Nº 50

Completar conocimientos con:
Paginas 145 a 172 del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia.



Temario para curso de Formación Prematrimonial:
(Basado en el orden de desarrollo del nº 50 de GS y el Capitulo V del Compendio de la DSI)

Destinatarios:
20 parejas de novios de la parroquia.
Duración total estimada:
Una (1) hora y treinta (30) minutos

TEMARIO:
Primera Parte:

1er. Tema: (20 minutos)
El fin del matrimonio y el amor conyugal. El estar ordenado por su propia naturaleza a la procreación y educación de la prole. El deber de transmitir la vida humana y de educarla, Los cónyuges como cooperadores del amor de Dios Creador y como sus intérpretes.

Actividades:
Duración 30 minutos
Reunirse en cinco grupos y responder
1. ¿Cuál es el fin del matrimonio?
2. ¿Qué pensamos en esta respuesta?

Segunda Parte:
2do. Tema (20 minutos)
Responsabilidad humana y cristiana, misión. El juicio recto, atendiendo tanto al propio bien personal de los cónyuges como al bien de los hijos ya nacidos o todavía por venir. El matrimonio no ha sido instituido solamente para la procreación. El amor mutuo de los esposos. Progreso y maduración ordenada. El Magisterio de la Iglesia y el amor conyugal

Actividades:
Duración 30 minutos
1. Reunirse en cinco grupos y extraer una conclusión cada grupo relacionada con la responsabilidad cristiana ante los hijos por venir.
2. Puesta en común

Diez (10) ideas fuerza del texto a tener en cuenta:

  1. El matrimonio y el amor conyugal están ordenados por su propia naturaleza a la procreación y educación de la prole.
  2. Pero el matrimonio no ha sido instituido solamente para la procreación...
  3. La propia naturaleza del vínculo indisoluble entre las personas y el bien de la prole requieren que también el amor mutuo de los esposos mismos se manifieste, progrese y vaya madurando ordenadamente.
  4. Los hijos son, sin duda, el don más excelente del matrimonio y contribuyen sobremanera al bien de los propios padres.
  5. El cultivo auténtico del amor conyugal y toda la estructura de la vida familiar..., tienden a capacitar a los esposos para cooperar con fortaleza de espíritu con el amor del Creador y del Salvador....
  6. En el deber de transmitir la vida humana y de educarla...los cónyuges saben que son cooperadores del amor de Dios Creador y como sus intérpretes.
  7. Por eso... se esforzarán ambos, ... por formarse un juicio recto, atendiendo tanto a su propio bien personal como al bien de los hijos, ya nacidos o todavía por venir,
  8. Teniendo en cuenta el bien de la comunidad familiar, de la sociedad temporal y de la propia Iglesia
  9. En su modo de obrar, los esposos cristianos sean conscientes de que no pueden proceder a su antojo, sino que siempre deben regirse por la conciencia, lo cual ha de ajustarse a la ley divina misma,
  10. Dóciles al Magisterio de la Iglesia, ... (que) lo protege (al matrimonio)e impulsa a la perfección genuinamente humana del mismo.


    Lic. Jorge Ortiz.